Una mañana despiertas abruptamente y te das cuenta de que has vuelto a la realidad...te preguntas que deberías hacer con tu vida...seguir?. Parece razonable, así lo has hecho por los menos los últimos seis años de tu vida, pero estás cansado.
Aun así, sin darte cuenta, ya has apagado la alarma, salido de la cama y te encuentras en la ducha. El agua caliente sería lo primero que extrañarías al escapar...
Escapar? suena tan sencillo, dejar todo de lado, olvidar responsabilidades, tareas, quehaceres, rostros... quizás hasta sentimientos y ser finalmente libre. Pero nadie asegura que esos rostros te olvidarían a ti. Entonces sientes culpa y algo que sonaba tan lindo se vuelve agobiante.
Ya estás vestido, tomando un café y comiendo un pan con...ya no sabes ni que carajos le pones al pan. Sigues divagando en la idea de huir de alguna manera a esta rutina, pero se hace tarde.
Dejas todo en la mesa, ya alguien se encargará de eso. Te pones un abrigo y sales una vez mas de tu casa a "vivir".
